Tiempo de espera, Elizabeth Jane Howard
abril 26, 2018
El año pasado por estas fechas leí Los años ligeros. Crónicas de los Cazalet, el primer volumen de la pentalogía dedicada a la familia Cazalet, y me gustó tanto que estaba deseosa de saber cómo continuaba la vida de esta familia. Hace muy poco fue publicado el segundo volumen y hoy os traigo mis impresiones. Os hablo de Tiempo de espera de Elizabeth Jane Howard.
Estamos en 1939. Hitler acaba de invadir Polonia y los primeros nubarrones de la guerra van ensombreciendo la vida de los Cazalet: en su residencia de Sussex hay que cegar la luz de las ventanas, la escasez de alimentos empieza a hacerse notar y las exigencias del esfuerzo bélico obligan a los miembros de la familia a enfrentar complicadas decisiones. Algunos hombres -los ancianos, los lisiados- tienen que resignarse a ver cómo los demás son llamados a luchar por su país; otros, en cambio, solo querrían regresar intactos a casa tras el infierno de Dunquerque. Pero son las mujeres quienes, en suelo inglés, ocupan en realidad la escena con una fuerza y un estoicismo sin fisuras durante los primeros compases de la contienda. Y los más jóvenes, vitalistas y ocupados en conquistar esa libertad de acción que confunden con ser adulto, olvidan demasiado deprisa que, de haber un paraíso, se encuentra en los años que ellos, y todo el continente europeo, están dejando atrás definitivamente.
Ficha técnica
Título: Tiempo de espera. Crónicas de los Cazalet.
Autor: Elizabeth Jane Howard. Traductor: Celia Montolío. Editorial: Siruela Número de páginas: 464 ISBN: 9788417308070 PVP: 24,95 euros |
Sinopsis
Estamos en 1939. Hitler acaba de invadir Polonia y los primeros nubarrones de la guerra van ensombreciendo la vida de los Cazalet: en su residencia de Sussex hay que cegar la luz de las ventanas, la escasez de alimentos empieza a hacerse notar y las exigencias del esfuerzo bélico obligan a los miembros de la familia a enfrentar complicadas decisiones. Algunos hombres -los ancianos, los lisiados- tienen que resignarse a ver cómo los demás son llamados a luchar por su país; otros, en cambio, solo querrían regresar intactos a casa tras el infierno de Dunquerque. Pero son las mujeres quienes, en suelo inglés, ocupan en realidad la escena con una fuerza y un estoicismo sin fisuras durante los primeros compases de la contienda. Y los más jóvenes, vitalistas y ocupados en conquistar esa libertad de acción que confunden con ser adulto, olvidan demasiado deprisa que, de haber un paraíso, se encuentra en los años que ellos, y todo el continente europeo, están dejando atrás definitivamente.
Tiempo de espera, segundo volumen de las Crónicas de los Cazalet, es una historia de amor y pérdida, de lucha y sacrificio, el minucioso retrato del universo particular de tres generaciones desplegado sobre un lienzo mucho más amplio: el del convulso acontecer del siglo XX.
Fuente: Ediciones Siruela
Impresiones
En la anterior entrega dejábamos a la familia Cazalet preocupada por el más que probable inicio de otra gran guerra y así comenzamos esta novela, con el estallido de la Segunda Guerra Mundial. Con un prólogo que nos resume los acontecimientos acaecidos en Los años ligeros y nos vuelve a presentar a los personajes que conocimos en ella, se inicia Tiempo de espera.
En esta ocasión, toda la familia Cazalet se encuentra en Home Place, la casa de el Brigada y la Duquesita, preparándose para enfrentarse a los tiempos difíciles que se avecinan. Pero no solo la familia se dará cita en la residencia familiar sino que también se ocuparán de amigos, familia política y las personas a su servicio. Edward y Rupert se alistarán para ayudar en lo posible mientras que Hugh, el mayor de los hijos de los Cazalet, se quedará al cuidado de la empresa familiar ayudado por su hermana Rachel.
Mientras Londres empieza a ser bombardeada por aviones enemigos, en el campo la vida tiene un transcurrir monótono y tranquilo: el racionamiento de la comida, la escasez de recursos y las personas ausentes serán las preocupaciones que enturbien los días de las mujeres y los niños, los principales protagonistas de esta novela.
En Tiempo de espera volvemos a encontrar una novela coral en la que la autora ha dado todo el protagonismo al género femenino; un narrador omnisciente será el que nos acerque al sentir de Louise, Clary y Polly, los personajes en mi opinión más destacados en esta nueva entrega, y también del resto de las mujeres de la familia y el servicio. Por medio de ellas asistiremos al despertar al amor y al sexo, al sufrimiento por los seres queridos que están en el frente, a las reflexiones de estas niñas que se están haciendo mujeres sobre la guerra ya que no entienden por qué ellas no pueden tomar parte activa en la misma, las dudas sobre el sistema de clases imperante en la época que, por ejemplo, impide a la familia hablar de cosas desagradables. Un fiel reflejo de la sociedad de los años 40 diseccionada al milímetro por mentes inocentes como son las de las jóvenes que apenas han empezado a vivir y aun con esto ven las cosas más claramente que sus mayores y que hace que esta sea también una novela costumbrista: conoceremos las costumbres de la época tanto en el vestir como en el comer, las diferencias sexistas en lo que a educación se refiere, los tabúes existentes en temas como la homosexualidad o el matrimonio que provocan en nuestras protagonistas dudas sobre si la estructura social en la que viven es la más adecuada o, por el contrario, está totalmente obsoleta y es necesario cambiarla.
Elizabeth Jane Howard es una artista a la hora de crear personajes; todos sin excepción me han parecido maravillosos, perfilados perfectamente, con sus luces y sus sombras, unos llenos de inocencia, otros de picardía, unos viviendo en una mentira constante, otros abrumados por un sentimiento que pugna por salir al exterior pero todos sufriendo de un modo u otro, no tanto por la guerra que en realidad ven como algo lejano sino por sus seres queridos. Unos personajes que son capaces de hacernos soltar una carcajada y también de provocar que derramemos alguna lágrima, son tan reales que nos es fácil empatizar con ellos y reconocerlos como iguales, como personas normales con sus preocupaciones, sus manías, sus anhelos y deseos.
Si decía que la autora es una artista a la hora de crear personajes, no lo es menos en el momento de dar voz a estos y a su historia. Con un lenguaje sencillo, sin demasiados artificios pero cargado de una fina ironía, consigue transmitir todas esas sensaciones por las que sus personajes pasan adecuando el lenguaje a la condición de estos. Un ritmo pausado que no lento y unas descripciones minuciosas que consiguen crear una atmósfera que invita a disfrutar de la lectura hacen que esta novela sea un caramelito en manos del lector.
Tiempo de espera es una novela coral y costumbrista en la que los personajes destacan por encima de todo lo demás y por los que no puedes menos que sentir simpatía, hacerlos tuyos y acompañarlos en su camino que, en esta novela, es algo más duro que en la anterior. La prosa exquisita de esta novela es la guinda final que hará las delicias de cualquier tipo de lector. Crónicas de los Cazalet es una saga que no dudo en recomendar a todo el mundo porque sé que no decepcionará.
Mientras Londres empieza a ser bombardeada por aviones enemigos, en el campo la vida tiene un transcurrir monótono y tranquilo: el racionamiento de la comida, la escasez de recursos y las personas ausentes serán las preocupaciones que enturbien los días de las mujeres y los niños, los principales protagonistas de esta novela.
En Tiempo de espera volvemos a encontrar una novela coral en la que la autora ha dado todo el protagonismo al género femenino; un narrador omnisciente será el que nos acerque al sentir de Louise, Clary y Polly, los personajes en mi opinión más destacados en esta nueva entrega, y también del resto de las mujeres de la familia y el servicio. Por medio de ellas asistiremos al despertar al amor y al sexo, al sufrimiento por los seres queridos que están en el frente, a las reflexiones de estas niñas que se están haciendo mujeres sobre la guerra ya que no entienden por qué ellas no pueden tomar parte activa en la misma, las dudas sobre el sistema de clases imperante en la época que, por ejemplo, impide a la familia hablar de cosas desagradables. Un fiel reflejo de la sociedad de los años 40 diseccionada al milímetro por mentes inocentes como son las de las jóvenes que apenas han empezado a vivir y aun con esto ven las cosas más claramente que sus mayores y que hace que esta sea también una novela costumbrista: conoceremos las costumbres de la época tanto en el vestir como en el comer, las diferencias sexistas en lo que a educación se refiere, los tabúes existentes en temas como la homosexualidad o el matrimonio que provocan en nuestras protagonistas dudas sobre si la estructura social en la que viven es la más adecuada o, por el contrario, está totalmente obsoleta y es necesario cambiarla.
Elizabeth Jane Howard es una artista a la hora de crear personajes; todos sin excepción me han parecido maravillosos, perfilados perfectamente, con sus luces y sus sombras, unos llenos de inocencia, otros de picardía, unos viviendo en una mentira constante, otros abrumados por un sentimiento que pugna por salir al exterior pero todos sufriendo de un modo u otro, no tanto por la guerra que en realidad ven como algo lejano sino por sus seres queridos. Unos personajes que son capaces de hacernos soltar una carcajada y también de provocar que derramemos alguna lágrima, son tan reales que nos es fácil empatizar con ellos y reconocerlos como iguales, como personas normales con sus preocupaciones, sus manías, sus anhelos y deseos.
Si decía que la autora es una artista a la hora de crear personajes, no lo es menos en el momento de dar voz a estos y a su historia. Con un lenguaje sencillo, sin demasiados artificios pero cargado de una fina ironía, consigue transmitir todas esas sensaciones por las que sus personajes pasan adecuando el lenguaje a la condición de estos. Un ritmo pausado que no lento y unas descripciones minuciosas que consiguen crear una atmósfera que invita a disfrutar de la lectura hacen que esta novela sea un caramelito en manos del lector.
Tiempo de espera es una novela coral y costumbrista en la que los personajes destacan por encima de todo lo demás y por los que no puedes menos que sentir simpatía, hacerlos tuyos y acompañarlos en su camino que, en esta novela, es algo más duro que en la anterior. La prosa exquisita de esta novela es la guinda final que hará las delicias de cualquier tipo de lector. Crónicas de los Cazalet es una saga que no dudo en recomendar a todo el mundo porque sé que no decepcionará.
Imagen tomada de Google |