La condesa rusa Svetlana Slavskava será la invitada de excepción en la fiesta que el famoso modisto Paul Poiret dará en su casa para presentar su nueva línea de perfumes; grandes medidas de seguridad rodean la casa, nada puede ser visto desde la calle y los invitados han de ir vestidos con ropas que recuerden a Las mil y una noches, novela que le ha servido de inspiración para crear sus aromas. Todo el mundo en París habla de la fiesta, nadie quiere perdérsela, va a ser, junto con el primer viaje del Titanic, el mayor acontecimiento al que va a asistir la sociedad parisina de 1912.

En mitad de la noche, Dimitri Ostrov, el joven secretario de la condesa, echa a esta en falta y decide buscarla por toda la casa; es una casa grande con muchas habitaciones que sirven de escondite a los variopintos invitados de esa noche. Al final la encuentra en el suelo y de inmediato es consciente del trágico final de su patrona: ha sido asesinada y el valioso collar con el que adornaba su cuello ha desaparecido. El suceso deja impresionados a todos los invitados, sobre todo al anfitrión que era gran amigo de la fallecida. ¿Quién ha asesinado a la condesa rusa? ¿El asesino es también un ladrón o nos enfrentamos a dos criminales? ¿El motivo es el robo o hay que indagar más profundamente en la vida de la condesa? Todas estas preguntas se las harán los agentes de policía encargados del caso que se encuentran ante la ardua tarea de dar caza a un asesino que, muy posiblemente, sea miembro de la alta sociedad parisina.

He de confesar que no he leído apenas novelas policíacas de corte clásico con lo que el principio de esta me desconcertó un poco: me contaba la anécdotas de la vida diaria de una condesa rusa y su secretario como forma de ambientar y situar la trama en la época elegida; este desconcierto duró unos cuantos capítulos hasta que llegamos a la famosa fiesta y nos encontramos con el crimen. A partir de aquí, disfruté mucho con la lectura ya que había muchos sospechosos y pocos hilos de dónde tirar y la policía tendrá que lidiar no solo con las pruebas y las declaraciones de los testigos sino con las filias y fobias que subyacen en ellos para tratar de esclarecer este extraño crimen.

Un narrador omnisciente nos guiará por esta historia llena de anécdotas, moda, personajes de la alta sociedad, sus subordinados, sus fiestas, sus negocios, en la que la autora por medio de una ambientación maravillosa nos sitúa en el centro de la sociedad parisina de la época. La abundancia de diálogos, diría que superan a la narración propiamente dicha, un lenguaje sencillo  y un ritmo ágil consiguen que esta novela sea una lectura ligera en la que las hojas pasarán volando entre tus manos. 

Los personajes en general me han gustado mucho, todos ellos están muy bien trazados e integrados en la trama. Denise Poiret, la esposa del famoso modisto, es el personaje que menos me ha gustado, me ha parecido una mujer soberbia y caprichosa en una búsqueda continua de protagonismo y dinero. Ella junto a su esposo Paul son los únicos personajes reales que nos vamos a encontrar en esta historia; el modisto se nos presenta como un hombre excéntrico, siempre rodeado de gente que ansía su favor; un hombre que en el fondo se encuentra solo y algunas veces tiene que desaparecer para encontrarse a sí mismo. 

La condesa y su secretario serán también personajes importantes en la trama y la narración; el misterio envuelve a la vida de ambos, sus orígenes no están claros, son dos almas que se encuentran, encajan a la perfección y se apoyan en una ciudad que no es la suya. 

Las mil y dos noches me ha descubierto la novela policíaca de corte clásico y estoy segura que repetiré porque me ha gustado mucho este estilo. Es una novela en la que los caracteres y sentimientos de los personajes así como las relaciones entre ellos están muy presentes y cobran mucha importancia en la historia; una investigación a la antigua usanza que me ha encantado. Esta es una novela que recomiendo sin ningún género de duda a los amantes del género y ¿por qué no? a los que no lo son tanto pero aman el mundo de la moda y la Belle  Époque.

Conocemos a Romy, la protagonista de esta historia, una joven madre soltera de 29 años, en un autobús camino de Stanville, la prisión de mujeres en la que pasará el resto de su vida ya que está condenada a dos cadenas perpetuas. Durante este trayecto ya nos daremos cuenta de lo dura que es la vida carcelaria y de la calaña de la gente que está llamada a compartir espacio con ella.

Romy es una joven a la que la vida no le ha sonreído nunca; prácticamente no conoció a su padre y su madre era una mujer adicta a los medicamentos que no la trató con el cariño que merecía. Fue violada cuando era una niña y todas estas circunstancias provocaron que se convirtiera en una adicta a las drogas. Para poder sobrevivir trabajaba en la sala Marte, un bar de striptease en el que se ganaba la vida bailando y vendiendo su cuerpo al mejor postor. Era un lugar lúgubre en el que ir limpia te convertía en la reina de la sala, un lugar que tenía sus propias reglas, reglas que tenías que aprender a acatar, reglas que también rigen en la cárcel; la principal: "ocúpate de tus asuntos y nunca digas tu verdadero nombre". Romy sabía lidiar con ellas y tendrá que acostumbrarse a hacerlo también en su nuevo y definitivo hogar.

A lo largo de nuestro camino con la protagonista iremos viajando en el tiempo hasta su infancia para pasar después por su juventud y volver de nuevo con ella al presente, a la realidad de su celda; desde el inicio parece que su vida estaba destinada a la infelicidad y el fracaso y ella tan solo es una superviviente que intenta encajar en un mundo que no le permite hacerlo.

Varias son las mujeres que acompañan a Romy en este camino, todas ellas con unas historias duras y unos crímenes abominables a sus espaldas pero historias que están a la orden del día en esta sociedad en la que vivimos. Los personajes masculinos apenas tienen cabida en esta historia, excepción hecha de un maestro que conoce en prisión, Gordon Hauser, quién la proveerá de libros que harán más llevadero su encierro y un policía que encarnará lo peor del ser humano; las historias de estos personajes serán relatadas por un narrador omnisciente mientras que será la voz de la propia Romy y, en ocasiones, la de alguna de sus compañeras, las que nos conducirán en la mayor parte de la narración, narración en la que la autora no es indulgente con sus personajes ni con las acciones de estos, no intentará excusarlos o disculparlos sino que nos los mostrará tal como son, con muchas sombras que tapan la poca luz que podría encontrarse en ellos. 

La narración a la que nos vamos a enfrentar es, como decía antes, dura, desalmada, en ella no caben las medias tintas. Es una prosa llena de matices, de descripciones detalladas y con unas voces narrativas que nos calarán muy hondo. El lenguaje utilizado por la autora es sencillo pero afilado, tanto que muchas de sus frases se nos clavarán como puñales en el pecho. La sensación de vacío y tristeza envuelve toda la novela , no podemos evitar sentir pena por estas mujeres aun cuando sabemos las cosas tan horribles que fueron capaces de hacer. Solo tenemos un respiro  cuando se nos habla de Jackson, el hijo de Romy, en el que apreciamos la bondad inocente que hay en la figura de un niño. 

La sala Marte es una novela dura que destaca por su prosa descarnada y por la oscuridad de sus personajes. Es una novela que intenta hacer visible a una parte de la sociedad que preferimos que permanezca oculta ya que nos avergüenza pero de la que tenemos que ser conscientes porque cohabitamos con ella. Una novela que me ha dejado un sabor agridulce probablemente porque la historia se me ha quedado corta, me hubiera gustado saber más de Romy, pero que os animo a darle una oportunidad porque su prosa merece mucho la pena.

Un terrible asesinato múltiple perturba a la ciudad de Tokio: cuatro integrantes de la misma familia han sido brutalmente asesinados y hay pocos hilos de los que tirar a pesar de que algunas pistas han sido encontradas en el lugar del suceso. El investigador encargado del caso, Hideo Akashi, se ha suicidado dejando sueltos los pocos cabos que había conseguido reunir. Pocos días después, Kosuke Iwata llega a su nuevo destino, la Unidad de Homicidios de la Policía Metropolitana de Tokio, y le es encargado este caso aún sin resolver. Iwata no es un investigador convencional y nada más llegar a la escena del crimen junto a su compañera Noriko Sakai se da cuenta de que hay cosas que no se reflejan en el informe policial previo. A primera vista parece que el asesinato puede formar parte de algún extraño ritual pero ¿con qué fin? ¿por qué dos niños han sido asesinados de una forma tan cruel? ¿es por eso por lo que Akashi decidió poner fin a su vida? Estas preguntas y la sospecha de encontrarse ante un asesino en serie hacen que Iwata se ponga en marcha con la firme decisión de encontrar pronto al culpable para así evitar otra masacre. No lo tendrá fácil ya que no ha sido bien recibido por sus compañeros y sabe que está en el punto de mira de sus superiores pero se dedicará en cuerpo y alma a descubrir al asesino.

A lo largo de 40 capítulos titulados, un narrador omnisciente irá relatando los pasos seguidos por nuestro protagonista para intentar cerrar el caso. No nos quedaremos sin aliento por el ritmo endiablado de esta narración porque no lo tiene pero sí que se nos acelerará el pulso con los sucesos narrados en ella, hechos que se suceden con una cadencia sostenida, con un suspense que traspasa cada una de sus páginas, páginas escritas con una prosa cuidada y un lenguaje sencillo que nos cautivarán hasta hacer que nos sea difícil dejar de leer. Tampoco el desarrollo de los acontecimientos nos dejará indiferentes: el misterio envuelve por completo esta novela y los giros inesperados son absolutamente sorprendentes; cuando parece que tienes algo claro, el autor se encarga de desbaratarte la quiniela y sumirte de nuevo en un mar de dudas. Si la prosa es cautivadora no lo es menos la ambientación que envuelve esta historia; Japón y su cultura siempre me han llamado mucho la atención y, cuando tengo ocasión, intento leer sobre ambos así que os podéis imaginar lo que he disfrutado con esta novela en la que el autor hace gala de un gran conocimiento del país y sus rasgos culturales.

A lo largo de toda la novela iremos conociendo algo más de la infancia de Kosuke Itawa por medio de escenas retrospectivas que añaden, si cabe, más misterio a la historia que estamos leyendo y que me han resultado bastante atractivas. Como veis, esta novela tiene todos los elementos necesarios para conformar una buena lectura y esta lo es. 

Kosuke Iwata, el protagonista absoluto de esta novela, me ha gustado muchísimo. Es cierto que puede parecer que sigue el prototipo de "inspector de policía atormentado por traumas del pasado" pero en él vemos una actitud distinta a lo que estamos acostumbrados: Iwata no se rinde, no desfallece ante sus fantasmas sino que está decidido a acabar con ellos y empezar una nueva vida. Es una persona que ha visto mundo y que ha conocido culturas totalmente opuestas a la suya ya que ha crecido y se ha formado como policía en Estados Unidos, lo que le hace tener una forma distinta de ver las cosas y de actuar que no le convierten en el policía más popular de la comisaría. A pesar de las trabas que encuentra en su camino, es tenaz y no cejará en su empeño por resolver el caso.

La luz azul de Yokohama es una novela policíaca que me ha gustado mucho y de la que he disfrutado todas y cada una de sus páginas. Una prosa muy cuidada, una cadencia relajada, un protagonista espectacular y una historia que no lo es menos hacen de esta una novela muy recomendable que en muchos aspectos recuerda la novela policíaca japonesa. Creo que es la primera de una serie dedicada al inspector Iwata y os aseguro que, si es así, seré la primera en leer la siguiente porque quiero saber más de Kosuke Iwata. 

La historia nos sitúa en el año 2012 cuando Madrid se encontraba en plena agitación debido al anuncio de que iba a abrirse un gran complejo que albergaría un gran número de casinos y hoteles llamado Eurovegas. Harrelson Levy es el magnate americano que quiere a toda costa construir en una zona de Madrid y serán los políticos madrileños los que intentarán allanarle el camino para que consiga su propósito.
Todo se empieza a torcer cuando es hallada una calavera humana en los terrenos destinados a tan ingente obra y este hecho ha de ser ocultado a toda costa para evitar la paralización del proyecto.

Este es el comienzo de una historia  turbulenta que nos sumerge en el lado más oscuro de la mente humana y en los entresijos más turbios del mundo de los negocios y la corrupción política y urbanística dotando a la novela de una gran crítica social y política que estará presente desde el principio hasta el fin de la misma.

Un narrador en tercera persona será el que nos conduzca por los sórdidos caminos que recorrerán los protagonistas de la novela; me ha parecido muy curioso que este narrador vaya cambiando de registro dependiendo del personaje que actúe en ese momento o capítulo como principal, adoptando su jerga y giros lingüísticos propios de aquel. Esto me llevó a investigar un poco en los tipos de narradores y encontré uno llamado "equisciente" que creo que se asemeja bastante a la percepción que tuve del mismo. Un narrador que esconde con una tercera persona lo que en realidad es una primera persona ya que narra desde el punto de vista de uno de los personajes aunque en este caso ya os comento que va cambiando su punto de vista en cada capítulo.
El lenguaje utilizado en la novela es duro, tanto que en un principio me costó acostumbrarme a él pero solo hasta que conocí algo más a los personajes y me di cuenta de que no se podría haber utilizado otro dados el estrato social y modo de vida de los mismos. Un ritmo ágil, muchos acontecimientos ocurriendo al mismo tiempo que se van acercando al tiempo que avanzamos en la lectura hacen de esta una historia que me ha mantenido pegada a sus páginas cuando entré de lleno en ella.

Los personajes me han parecido excelentes sobre todo los tres en los que se focaliza esta historia y de los que os hablo más adelante. Unos personajes con los que no he empatizado nada, incluso alguno me ha caído muy mal, pero que han conseguido que me interese por ellos y por sus historias aunque en algún momento les hubiera dicho tres o cuatro cosas.

Paco Faura es un expolícia, ahora detective privado sin licencia, con una historia familiar traumática que lo lleva a abandonarse un poco ya que poco es lo que tiene que perder. Tiene contactos con políticos de renombre y será uno de ellos el que le pida que investigue los posibles escollos que puede encontrar en su camino el proyecto de Eurovegas, como la calavera hallada, para así adelantarse a los acontecimientos y evitar que salgan a la luz. Es un hombre que en algunos momentos nos puede parecer entrañable pero que esconde un interior complejo; un hombre obsesionado con encontrar al conductor que dejó en coma a su esposa para vengarla y al que sabemos que no le temblará la mano si lo encuentra.

CJ, un exmilitar que fue prisionero de guerra y objeto de torturas, es la mano derecha de Harrelson Levy; este le manda a España para proteger y controlar a su díscolo hijo Larry. A CJ no le entusiasma cambiar de país de residencia y mucho menos para cuidar de un niño rico mimado. Es un hombre forjado en mil batallas, preparado para afrontar las peores cosas que podamos imaginar.

Por último conocemos a Aldo, un mexicano huido de su país en el que estaba amenazado de muerte; siempre parapetado tras sus gafas oscuras que un grave problema de visión le obliga a llevar, trabaja de chulo para un proxeneta ruso. Es un hombre dominado por las drogas que hacen de él una persona imprevisible y peligrosa.

Las vidas de estos tres personajes confluyen cuando se ven obligados a trabajar en equipo para dar caza a un asesino que va decapitando mujeres por Madrid en un momento en el cual lo que menos se necesita es un escándalo de esas magnitudes. Cada uno tiene una motivación oculta para llevar a cabo dicha búsqueda y no dudan en aunar esfuerzos para descubrir al culpable formando un grupo de lo más extraño que se complementa casi a la perfección.

Los señores del humo es una novela de lo más negro que nos podemos encontrar. Una novela en la que el autor, partiendo de un proyecto real, ha armado una historia fabulosa en la que todos miran por encima del hombro de todos, una novela que con cada giro se vuelve más imprevisible hasta llegar a un gran final, un final que casi tiene algo de justicia poética para unos personajes que, no por ser bastante desagradables en algunos aspectos y tener conductas más que censurables, dejan de ser magníficos. Una novela muy recomendable para los amantes del género negro porque la van a disfrutar mucho. Un autor que se ha hecho un hueco en mi humilde biblioteca. 

Imagen tomada de Google

Fuente: Planeta

Norte de Suecia, verano de 1852. El hallazgo de una joven desaparecida unos días antes desata la alarma en el pueblo en el que vivía. A la vista del estado del cuerpo, el alguacil encargado de hacer respetar la ley en la zona decide que ha sido un oso el que ha matado a la chica pero el pastor Laestadius no queda conforme con dicha explicación; junto con Jussi, su joven pupilo, decide acercarse al lugar del suceso para observarlo y dejar que le hablen las marcas dejadas en la naturaleza. Lars Levi Laestadius, personaje real, se dedica a observar, analizar y estudiar la naturaleza y como experto en botánica que es recoge muestras en la zona que le servirán para investigar mejor el caso. 

Poco tiempo después es encontrado el cadáver de otra joven del pueblo con lo que la hipótesis del oso pierde fuerza a la vez que se refuerza la teoría de Laestadius de que el asesino tiene nombre y apellidos. Junto con su fiel compañero Jussi intenta recabar todas las pruebas que puede, comparar las marcas dejadas en ambos cuerpos y hablar con cualquiera que pudiera darle un indicio de quién puede ser el culpable de estas muertes.

Con esta premisa se inicia una novela fascinante en la que la investigación, que me ha gustado mucho ya que demuestra que es posible desenmascarar a un culpable con los medios y las herramientas más rudimentarias lo que la hace si cabe más interesante, y la botánica se unen para conformar un relato con muchos rasgos históricos que introducen al lector en la difícil situación del pueblo sami. Un pueblo marginado, considerado el estrato más bajo de la sociedad, culpado de todas las desgracias que ocurren en esta, un pueblo estigmatizado al que el autor quiere dar visibilidad y voz con esta historia.

La voz narrativa es encargada a Jussi, joven al que el pastor recogió siendo un niño, le dio cobijo en su casa y ahora quiere transmitirle sus ingentes conocimientos sobre botánica, aunque en algún momento es el propio Laestadius quien lleva las riendas de la narración en temas muy puntuales referidos sobre todo a la religión y la ética. En un principio parece que vamos a enfrentarnos a una lectura pausada aunque pasadas las primeras páginas nos daremos cuenta de que no es así ya que la novela adquiere un ritmo ágil en el que los acontecimientos se suceden y se cruzan continuamente. La prosa del autor es elegante, con un lenguaje cuidado, con un registro medio alto pero sin términos de difícil comprensión, que nos va relatando los hechos al tiempo que nos describe los maravillosos escenarios en los que estos transcurren, consiguiendo que el lector componga fácilmente cada imagen en su cabeza.

Los personajes me han parecido maravillosos, tanto los "héroes" como los "villanos", todos son muy poliédricos y nos irán mostrando sus caras poco a poco. Evidentemente Jussi y Laestadius son los grandes protagonistas de esta historia aunque, como decía, los secundarios no les van a la zaga. 

Laestadius es un  hombre amado y odiado a partes iguales; es una persona muy religiosa, con sus propias ideas sobre la religión y la forma de vivir dentro de sus normas lo que como históricamente siempre ha sucedido, sucede y sucederá, le crea muchos enemigos que en el mundo cargado de supersticiones en el que vivía ven en él a un ser malvado al que temen y odian por igual. Por otro lado, también tiene sus seguidores, aquellos que creen ciegamente en él y le apoyan en todo lo que hace. Es un personaje muy pero que muy interesante, un detective a la antigua usanza que aprovecha todos los recursos que tiene a su alcance para que le sirvan en su tarea. 

Jussi es un joven tímido que arrastra el estigma de pertenecer al pueblo sami. El pastor lo rescató de niño de una infancia muy dura y lo acogió en su casa para instruirlo y darle una oportunidad en la vida. El chico aprovecha cada momento que pasa con su tutor y absorbe todas las enseñanzas que este le proporciona. Sin duda dos personajes entrañables.

Cocinar un oso es una novela muy recomendable en la que encontramos una mezcla homogénea de historia e investigación criminal que se vuelve más interesante en cada página que leemos. Una ambientación fabulosa, unos personajes carismáticos y una prosa maravillosa harán las delicias de los lectores aficionados al género.