Esta ha sido para mí una de esas lecturas que no te gusta que terminen. Fue empezar a leer y ya en sus primeras páginas me di cuenta de que estaba ante una gran novela. ¿Cómo es eso posible? os preguntaréis...pues principalmente por las sensaciones que despertó en mí la maravillosa prosa de la que hace gala este escritor, desconocido para mí pero al que le seguiré la pista de cerca. Cierto es que si la historia no acompaña a la prosa  esta puede quedar deslucida pero os aseguro que no es el caso.

El prólogo de esta novela nos lleva a la ciudad de Oviedo en octubre de 1934; un suceso sobrecogedor que, por desgracia, no era raro en aquellas fechas deja a una mujer rota y desvalida. Este suceso nos rondará por la cabeza durante toda la lectura en un empeño por saber qué ocurrió después. 

La novela se estructura en capítulos dentro de los cuales el autor nos va señalando el momento y lugar en el que se desarrollan los acontecimientos en cada momento con los apartados correspondientes. El primero de estos capítulos nos llevará a la Nochebuena de 1952 y nos presentará a los principales protagonistas que nos acompañarán en esta lectura.

Apenas ha despuntado el día de Nochebuena de 1952 cuando un guarda jurado descubre el cadáver de un joven, Manuel Prieto, en la Casa de Campo de Madrid. El inspector Gonzalo Suárez y su equipo serán los encargados de esclarecer este hecho del que en principio no tienen casi indicios de los que tirar.

Al mediodía el teniente Arturo Saavedra se lamenta por tener que pasar ese día con la familia de su mujer; está en medio de unas importantes  negociaciones con los americanos, un acuerdo que puede cambiar el devenir inmediato del país pero, sobre todo, el suyo propio. Una gran tensión se apodera de él y cenar con su suegro, el general que le posibilitó su ascenso en el ejército, no es lo mejor para aliviarla.

Más tarde ese día, casi de noche ya Marga Uriarte cena sola en su casa de Madrid. No saborea la comida, más bien se obliga a comerla, deseando que acabe ese día, todos los días. Marga no ha tenido una vida fácil, no ha conocido la felicidad sino más bien al contrario, el dolor está presente en cada uno de sus recuerdos, el odio es el motor de su vida. Una llamada a su puerta, una propuesta que no puede rechazar con la que puede conseguir el dinero que necesita para cumplir sus sueños, harán que esta Nochebuena sea algo menos agria de lo que ella pensaba. 

La novela nos mete de lleno en la España franquista de los años 50, un momento político delicado e importante por las negociaciones que se están llevando a cabo con Estados Unidos para permitir el establecimiento de bases militares en nuestro país. La desconfianza y las dudas por parte de ambos gobiernos harán de estas unas negociaciones delicadas y largas que culminarán con la firma de los Pactos de Madrid. 

Una sociedad en la que el hambre y la miseria aún perviven, desgraciada herencia de una guerra entre hermanos, una guerra que a pesar de haber acabado una década antes dejó heridas tan profundas que aún no han podido sanar.

Una sociedad en la que la hipocresía está a la orden del día: personas de "moral irreprochable" que pasan sus noches en bares y garitos donde la moral tiene prohibida la entrada; pobres desgraciados que se esconden en calles oscuras por miedo a ser descubiertos y apresados simplemente por sus ideas o su forma de vida. 

Una sociedad hipócrita y oprimida será la que veamos reflejada en esta novela, una sociedad en la que la vida de las personas dependerá del lado por el que cayó la moneda cuando la suerte se repartió, da igual la bondad o la maldad, todo lo determina el estatus.

Será  un narrador omnisciente el que nos acompañará a lo largo de estas historias, historias que se cruzan, se mezclan y tendrán al lector expectante por saber si al final confluirán en una sola o seguirán caminos separados. Una prosa bellísima, delicada y cuidada hacen menos amargos los tragos que nos sirve esta historia negra donde las haya. Si tuviera que destacar algo por encima de todo de esta novela sería su prosa y lo haría sin dudarlo ni un segundo. El lenguaje cuidado, el ritmo constante en toda la narración, el equilibrio entre narración y diálogo...todos estos elementos son combinados a la perfección por Víctor quien consigue hacer de esta una lectura agradable de leer y difícil de olvidar.

Aunque el peso de las historias recae en Gonzalo Suárez, Arturo Saavedra y Marga Uriarte, muchos son los personajes que acompañan a estos y que juegan un papel muy importante en la trama. Todos ellos son personajes con vidas duras, con luces y sombras; unos lucharán para salir del pozo en el que se hallan y otros simplemente se dejarán arrastrar por la corriente. Unos personajes entrañables con los que es muy fácil empatizar, a unos les coges cariño, otros te producen repulsión pero ninguno te deja indiferente.

Se llamaba Manuel es una novela negra que nos adentra en la España franquista, una España oprimida, hipócrita, corrupta. Una  época dura la que han de vivir nuestros personajes, todos ellos cargan una losa que los atormenta y les pone piedras en el camino. Todo esto narrado por una pluma exquisita, una prosa muy bella que hace que sea un placer sumergirse en las páginas de esta novela. Una novela muy recomendable que he disfrutado muchísimo.

Imagen tomada de Google

 El verano de 1985 se presenta muy prometedor para Sam y Billy, amigos inseparables residentes en la pequeña localidad de Carnival Falls. A sus doce años, sueñan con sus interminables paseos en bicicleta en los que se adentran en el maravilloso bosque que se abre ante ellos y con acabar su gran proyecto: una casa en el árbol. Pero todos estos planes se verán puestos patas arriba cuando llega Miranda, una preciosa niña de su edad hija de una familia adinerada que se ha mudado a la zona alta del pueblo.  Poco a poco los dos amigos se van  ganando la confianza de la niña y lo que a principios de verano iba a ser un dúo se convertirá en poco tiempo en un trío que recorrerá las calles de Carnival Falls buscando aventuras y acabará forjando una gran amistad entre sus miembros.

Billy es un chico despierto, con una gran imaginación y una capacidad asombrosa para encontrar soluciones casi para cualquier cosa; es el gran apoyo de Sam, su perfecto complemento que le ayuda a superar su timidez y sus dudas.
La madre de Sam desapareció en un accidente de tráfico dejándolo solo en el mundo. Ahora vive con el matrimonio Carroll. Amanda y Randall Carroll tienen una granja en la que acogen a niños como Sam, niños sin familia, a los que intentan inculcarles una disciplina y unos valores de los que, de otra forma, carecerían. Pero no todos los acogidos tienen buenas intenciones, hay algunos realmente malvados de los que los demás intentan apartarse. Los ratos que Sam pasa con Billy y en casa de los Meyer, un matrimonio amigo que lo quiere como a un hijo, son su forma de evadirse del ambiente que se vive en la granja.
Miranda por su parte es una niña rica que pasa las tardes en el invernadero de su casa repasando sus estudios para su ingreso en una nueva escuela, la escuela de Carnival Falls. Recién llegada, no conoce a nadie en el pueblo y esto la preocupa hasta que conoce a los dos amigos y con ellos descubre los alrededores de su nuevo hogar y es partícipe de muchas aventuras.

En los últimos años ha habido extrañas desapariciones en los alrededores de Carnival Falls; la gente está intranquila hasta el punto de poner un límite a la entrada del bosque que ninguna persona debe traspasar. Con la intrepidez y la valentía de la adolescencia, nuestro trío cruzará esa línea, deseosos de conocer los misterios que esconde el bosque. También descubren que la mansión en la que vive Miranda esconde secretos: una red de pasadizos y habitaciones se esconde detrás de sus muros y Miranda, Sam y Billy no dudarán en recorrerlos y así, sin quererlo, se encuentran con un misterio que les resulta tan atractivo que harán cualquier cosa para resolverlo.

El  pantano de las mariposas está narrado en primera persona por uno de sus protagonistas que no es otro que Sam; aunque a priori pueda parecer que la narración será la propia de un niño de doce años, solo con leer un par de páginas nos daremos cuenta de que no es así, ya que aunque la historia esté ambientada en el 85 cuando los protagonistas eran apenas unos adolescentes que acababan de dejar la niñez, será en el 2010 cuando Sam se decida a contarla. Estructurada en cuatro partes acompañadas de un prólogo y un epílogo, esta novela engancha al lector desde el principio. El prólogo es sobrecogedor y es en él donde el autor empieza a tender las redes que conseguirán atraparnos en Carnival Falls y que nos conducirán, casi sin darnos cuenta, a un epílogo que para mí demuestra la maestría que tiene Federico a la hora de armar sus historias; un final que nos dejará con la boca abierta, totalmente asombrados, y nos hará recapacitar sobre todo lo leído y verlo con unos ojos distintos. Como una buena amiga me dijo antes de que empezara su lectura: no se os ocurra mirar la última página, ni aunque sea por encima, os fastidiará la sorpresa. Avisados quedáis.

La prosa utilizada por el autor carece de artificios, es una prosa sencilla y fluida, con un lenguaje claro y conciso, sin darle muchas vueltas a las cosas, como hacen los niños. En cuanto al ritmo de esta novela, es pausado, sin prisa pero con la cadencia precisa para que el lector quede atrapado en estas letras y no pueda dejar de leer. Es posible que a esto también contribuya la ambientación de los acontecimientos ya que seremos capaces de imaginar perfectamente los escenarios en los que se desarrollan los hechos que nos va narrando.

El pantano de las mariposas es una novela con toques de suspense, con anécdotas de la niñez, situaciones que muestran las emociones a flor de piel e incluso en algún momento ponen los pelos de punta en la que nuestros protagonistas harán gala de una amistad y un sentido de la lealtad admirables aún muchos años después de ocurridos los hechos. Una novela con un final magistral que nos hará replantearnos todo lo que hemos leído. Un aperitivo perfecto para conocer un poco más Carnival Falls antes de adentrarnos en Amnesia. Totalmente recomendable.

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