Julia es una joven treintañera que se dedica a escribir documentales sobre temas científicos. Cree tener un matrimonio feliz con su marido Carlos aunque últimamente este la presiona para tener un hijo que ella no desea tener y las dudas la asaltan, no la dejan concentrarse en el guion que está escribiendo sobre Rosalind Franklin, no sabe si va a poder entregarlo a tiempo y sabe que necesita un respiro. Este respiro le llega en forma de invitación por parte de su familia residente en Francia, el motivo no es otro que celebrar el siglo de vida de su bisabuela Yvonne. Para ella sus familiares franceses son prácticamente unos desconocidos pero después de valorarlo decide aceptar la invitación y, tras el fallecimiento de su abuela y su madre, conocer a los miembros de su familia que por el distanciamiento que mantenían con sus progenitoras no ha tenido ocasión de conocer antes.

La novela comienza in extrema res, en el avión que lleva a Julia de vuelta a Barcelona después de su estancia en la isla de Batz con su familia. Será la propia protagonista la que nos cuente en primera persona su historia y también la de las mujeres que la acompañarán en ella. La narración hace gala de una prosa ligera, un lenguaje sencillo y un ritmo ágil que nos mantendrá expectantes ante los descubrimientos que Julia va realizando tanto sobre Rosalind Franklin y su investigación sobre el ADN como sobre los miembros de su familia e incluso de sí misma. Cuatro son las partes en las que se divide esta novela y estas a su vez lo hacen en capítulos de corta extensión que llevan por título la fecha en la que se recrea la acción que nos va contando su autora y que están ambientados divinamente, propiciando que el lector se imagine hasta el más mínimo detalle de la casa familiar en Batz y sea capaz de pasear por los alrededores de la misma.

Poco a poco, a medida que Julia va avanzando en su documental, iremos descubriendo todas las intrigas que hubo detrás del descubrimiento de la doble hélice del ADN, la carrera sin descanso tanto de Rosalind Franklin como de sus competidores por ver quién se llevaría el mérito de tal hallazgo, siendo ella siempre la más menospreciada por el mero hecho de ser mujer; esta parte me ha resultado sumamente interesante, tal vez por el desconocimiento que tenía del tema, me ha gustado mucho. También he disfrutado intentando descubrir los misterios que rodean a la famila de Julia y he estado intrigada la mayor parte de la lectura. Esta es una novela de mujeres que reinvidica el papel y la importancia de las mismas en la sociedad pasada y en la de nuestros días. A Rosalind intentaban ponerle la zancadilla para que no tuviera el honor de ser la primera en hacer un descubrimiento tan importante aunque ella les ganó por la  mano. ¿Cómo? Tendréis que leer la novela para descubrirlo. Por otro lado, Julia se siente muy presionada por su marido para tener un hijo, se supone que es lo que se espera de ella quien no siente el menor deseo de ser madre y su estancia en la isla le hará replantearse su vida y sus prioridades. También seremos testigos de la historia de su bisabuela Yvonne por medio de los capítulos dedicados al pasado (pocos pero certeros) con los que se nos revelará un misterio que, tomando como punto de partida el año 1940, permanecerá oculto hasta el presente.

Varios son los personajes que conoceremos en esta historia al mismo tiempo que lo hace Julia y no son otros que los miembros de su familia francesa. Su tío Jean es librero, especialista en libros antiguos. Es un personaje enigmático, atractivo, cabal y honesto que me ha cautivado desde el primer momento. También lo ha hecho la bisabuela Yvonne aun siendo una persona fría y en ocasiones cortante pero que tendrá mucho que decir en esta historia. El ama de llaves de la casa, Marie, es el alma de la misma: los conoce a todos, conoce sus secretos y los de la casa y ha compartido muchos momentos con la familia hasta el punto de ser una más.
Junto a estos personajes de ficción también ha sido un verdadero placer conocer  más sobre la vida de una mujer luchadora en su época, una mujer que intentó romper las reglas establecidas y "osó" entrar en la carrera de dar a conocer uno de los descubrimientos científicos más importantes del momento: Rosalind Franklin era para mí una perfecta desconocida hasta que he leído este libro.
Por último tenemos a Julia, la principal protagonista de esta novela, una mujer cuyo comportamiento me ha parecido impropio de su edad, en algunos momentos errático, en otros parecía más una quinceañera que una mujer casada de treinta y un años; esto ha hecho que no empatizara con ella tanto como me hubiera gustado.

El hilo invisible es una novela interesante ya no solo por la historia familiar de su protagonista sino también por la de la científica Rosalind Franklin, que está bien integrada en la narración y muestra un gran trabajo de documentación por parte de la autora. Su ritmo ágil y su prosa sencilla pero cuidada hacen de esta una lectura agradable  que os recomiendo si os gustan los secretos familiares.

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