Fuente: Siruela

La amistad entre las hermanas Molloy, Tikka y Laura, y las hermanas Van Apfel, Hannah, Cordelia y Ruth, se ve truncada en el verano de 1992 cuando estas últimas desaparecen en la noche sin dejar ninguna pista. Era la noche del concurso de talentos, todos los alumnos, sus padres y profesores del colegio estaban pendientes del escenario por lo que nadie fue testigo de la desaparición.
Ahora, veinte años después de esa fatídica noche de verano, una situación familiar complicada hace que Tikka regrese a la ciudad australiana que la vio crecer y este regreso hará que los fantasmas del pasado que la persiguen desde el día de la desaparición se hagan más presentes en su día a día.

Tikka Molloy será quien nos relate en primera persona los recuerdos que tiene de aquel verano, de los días previos a la desaparición y del mismo día de la misma a la vez que ahora, ya adulta, va conversando con su hermana sobre lo que siente sobre aquel día y lo que piensa que pudo pasar, conformando con ello una historia que consigue desconcertar al lector quien intuye las circunstancias que rodearon el suceso pero que es mantenido en tensión gracias a la cadencia utilizada por la autora para ir desvelando los hechos.

Durante la lectura va a desfilar ante nosotros todo un elenco de personajes que conviven con nuestras protagonistas y forman parte de su historia. Algunos nos parecerán sospechosos, otros nos crearán desasosiego y una profunda sensación de rechazo. Estos actores secundarios están perfilados en la medida requerida por su participación en la trama. Por otra parte, las personalidades de las cinco chicas que protagonizan esta historia quedan perfectamente perfiladas debido a las apreciaciones que va contándonos la narradora y a lo que nosotros podemos ir deduciendo de las mismas. La trama gira alrededor de Cordelia a quien la autora dota de una personalidad oscura que en ocasiones diría que llega a ser maquiavélica para una joven de su edad. ¿Serán sus actos los culpables de la desaparición? o, por el contrario, ¿será una víctima en esta  historia?

La autora se sirve de un lenguaje sencillo, un ritmo relajado y una narradora que refleja su nostalgia por aquellos años para regalarnos una prosa delicada, bella, que nos atrapa desde casi la primera página así como también consigue que caigamos en sus redes con la maravillosa ambientación que recrea en la narración; es fácil para nosotros imaginar un barrio de una ciudad en el que no hay extraños, sus habitantes llevan allí desde siempre y conocen la vida de todos sus vecinos; un barrio en el que los niños pasean por la calle sin miedo, conscientes de que nada va a pasarles; personalmente creo que esto hace todavía más desconcertante todo lo que ocurre después.

Las chicas Van Apfel han desaparecido es una novela llena de misterios por resolver, plagada de momentos que recordar. Una novela narrada con un gusto exquisito, a pesar de los temas que trata, que nos envolverá con su prosa y nos atrapará con el carisma de sus protagonistas. Una novela que merece la pena leer y disfrutar.

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