Fuente: contraportada

Como a estas alturas casi todos sabéis, Silencios inconfesables es la cuarta entrega de la serie protagonizada por Sebastian Bergman y la Unidad Nacional de Homicidios capitaneada por Torkel Hölgrund. A diferencia de la mayoría, a mí la primera entrega Secretos imperfectos no me llegó a entusiasmar pero cuando salió la segunda, Crímenes duplicados, no me resistí y decidí darle a Sebastian una segunda oportunidad; buena decisión la mía porque me encantó esta novela, hasta ahora la que más me ha gustado de las cuatro, y con la que caí rendida a los pies del psicólogo más querido y más odiado del momento: Sebastian Bergman.

La familia Carlsten, Karin, Emil y sus dos hijos pequeños Georg y Fred, es hallada brutalmente asesinada en su casa en el pequeño municipio de Torsby y el caso es asignado a Erik Flodin, inspector al mando de la Unidad de Delitos Violentos de la policía de Värmland. Cuando Erik llega a la casa y ve la brutalidad del crimen cometido no se encuentra capacitado para hacerse cargo él solo de una investigación que se presume complicada y decide llamar a la Unidad Nacional de Homicidios de Torkel Hölgrund. En un principio parece haber un claro sospechoso que días antes había amenazado a la familia pero los autores en un primer giro argumental deciden hacerlo desaparecer debidamente asesinado para dar más interés a esta historia. Cuando parece que los investigadores vuelven otra vez al punto de partida, la ayuda inestimable de Ursula les lleva a descubrir que hubo un testigo del crimen y que tienen que encontrarlo porque su vida corre peligro. Este testigo no es otro que Nicole, la sobrina de los Carlsten que estaba en la casa de visita y logró esconderse del asesino y huir al bosque.
Se monta un dispositivo para buscar a la pequeña y después de una angustiosa búsqueda el equipo logra dar con ella que se encuentra escondida en una cueva. La niña es rescatada por Sebastian y está muy asustada y en estado de shock, lo que hace que no hable; se comunica por medio de dibujos y será Sebastian el encargado de descubrir todo lo que esa pequeña guarda en su cabeza.

En esta entrega vamos a encontrar los mismos personajes que ya conocemos de las anteriores y cuyas personalidades y circunstancias personales se van desarrollando un poco más en cada entrega por lo que recomiendo leer la serie desde el principio si no os queréis quedar con lagunas respecto a ellos. Personalmente creo que en estas novelas los casos no son lo que prima y eso que son casos muy buenos, pero sin el maravilloso elenco de personajes que los autores han creado no lo serían tanto. Ellos son la base de las novelas, lo que te hace querer leer más; sus vidas son complicadas pero a la vez muy atractivas para el lector que no puede evitar preguntarse cómo se resolverán los problemas que les preocupan y que se van complicando o resolviendo entrega a entrega. En esta entrega en concreto vamos a encontrar al equipo bastante tocado por los hechos acaecidos en la entrega anterior, cuyo final fue de infarto, y esto al principio se nota en las conversaciones que tienen al margen del caso aunque durante el mismo se comportan como auténticos profesionales.

Sebastian Bergman sobresale por encima de todos los demás personajes siempre pero creo que en esta entrega esto lo vamos a notar más porque la novela está más centrada en él. Él será el encargado de la niña, tendrá que conseguir que confíe en él y le cuente lo que sabe para poder atrapar al asesino, pero esto le afectará personalmente, como lo hacen todos los casos relacionados con niños en los que se ve inmerso, debido a un hecho muy traumático de su pasado. En Silencios inconfesables vamos a encontrar a un Sebastian más humano, los autores nos dejan ver ese fondo "bueno" que todos intuíamos que tenía pero aún no habíamos podido ver en toda su amplitud; en su relación con Nicole es delicado, cariñoso, atento y paciente....¿estoy hablando de Sebastian Bergman? sí, el mismo, el personaje borde, irritable, antipático y frío como el acero nos mostrará su otra faceta y nos gustará tanto como lo hace la otra, es una caja de sorpresas. Pero no solo Sebastian nos sorprenderá en esta novela, hay otro personaje que no voy a desvelar que también nos va a sorprender, se nos va a presentar como alguien radicalmente distinto al que era en un principio y creo que nos va a dar alguna que otra sorpresa en el futuro.

Quizá por lo que os he dicho más arriba, esto es, por el hecho de que la novela se centra más en el fondo psicológico de Bergman, el caso de esta novela es más flojo que el de las anteriores. Es una investigación bien construida y desarrollada pero no tiene una acción trepidante de estas que te dejan sin aliento, es más pausada y, siempre en mi modesta opinión, pasa a un segundo plano para dejar todo el protagonismo a Nicole y Sebastian. Lo que no ha cambiado en esta novela es la prosa de los autores: con un lenguaje sencillo y un ritmo fluido, utilizan a un narrador omnisciente para contarnos su historia en capítulos cortos y durante la primera mitad del libro hasta que encuentran a Nicole vamos sabiendo de ella por capítulos de apenas una página que nos van haciendo saber lo que piensa, lo que siente y a lo que teme en su huida.

Silencios inconfesables es una novela que los seguidores de la serie no podéis dejar pasar; más ligera que las anteriores, como si fuera un respiro aprovechado para mostrar el lado más humano de Sebastian, con una investigación menos centrada en el trabajo de campo y más en el trabajo psicológico con la niña, estoy segura de que no os defraudará y, además, su final promete sorpresas en la siguiente entrega Castigos justificados.

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