Fuente: Planeta de Libros

Kike, un niño de cuatro años, va paseando con su madre por un centro comercial cuando de repente desaparece sin dejar rastro. La preocupación y la angustia que genera este caso en la policía y el público en general se ven incrementados por el recuerdo de otra desaparición acaecida unos años atrás. Nicolás, un niño de edad y características físicas similares a Kike, desapareció sin dejar rastro y la policía no fue capaz de dar con su paradero. Ahora todo el mundo se pregunta: ¿ha vuelto Slenderman (nombre que se le dio al supuesto secuestrador)? ¿Ha sido una travesura? ¿Se lo habrá llevado alguien cercano?

Inés Grau, periodista de sucesos, y su amiga Ana Arén, inspectora jefa de la policía, serán las que nos conduzcan por este espeluznante hecho. Ambas vivieron el caso Slenderman y están preocupadas y asustadas pensando en que se vuelva a repetir la historia.
La autora alterna dos voces narrativas; por un lado, tenemos a un narrador protagonista que no es otro que Inés quien, a la vez que nos cuenta los acontecimientos que están teniendo lugar, nos va dejando pinceladas de su vida y su pasado. Por otro lado, encontramos un narrador omnisciente que será el encargado de dar voz a la investigación del caso llevada a cabo por la policía y encabezada por Ana. Esta mezcla de voces narrativas me ha parecido interesante porque el personaje de Inés, en mi opinión, tiene una personalidad más visceral, más emotiva que el de Ana y me ha gustado saber de esas emociones y experiencias por su propia boca. El personaje de Ana o, mejor dicho, el papel que le ha tocado interpretar en esta historia es más objetivo, centrado más en la investigación que en sus propios sentimientos (aunque también sabremos de ellos) y  me ha parecido un acierto desarrollarlo desde un punto de vista imparcial.

Con capítulos cortos muy visuales y una prosa sencilla, sin artificios, donde el diálogo y la narración están bien compensados la autora consigue atraparnos ya casi desde la primera página en esta truculenta historia. La primera parte de la novela tiene un ritmo más lento y abundancia de repeticiones, sobre todo a la hora de describir lugares o el programa NeuroQWERTY, a la vez que incongruencias en algunos datos: hay un personaje que tiene tres hijos y en una página se nos dice que el pequeño tiene 25 meses y en la siguiente que el mediano tiene dos años; o, cuando habla del hijo de Inés, que tiene dos años dice que no se ha separado de él en 48 meses, supongo que será un poblema de correción o de falta de ella. También hay algunos datos biográficos de personajes secundarios e incluso antepasados de algún personaje que me han parecido totalmente prescindibles.
Una vez llegamos a la segunda mitad del libro el ritmo se vuelve frenético; los "peros" anteriormente señalados no aparecen y la autora consigue atraparnos y dejarnos sin aliento, con giros inesperados y jugando con nosotros para intrigarnos más y más con cada página que pasamos. Al final resuelve bien la historia aunque, y siempre en mi opinión, creo que con prisas, quizá me hubiera gustado algo más de desarrollo,  sobre todo de las reacciones de algunos de los personajes al descubrirse el misterio.

Se nota la profesión de la autora porque sabe reflejar muy bien el mundo de la televisión y el periodismo y aprovecha para reflexionar sobre algunos temas como la maternidad, lo que es capaz de hacer una persona por una noticia y la amistad, entre otros. También encontramos en esta novela un trabajo de documentación que merece la pena mencionar; me ha parecido muy interesante el programa NeuroQWERTY del que nunca había oído hablar y también los entresijos de la investigación policial así como los del programa de televisión.

No soy un monstruo me ha gustado a pesar de los errores, unos de corrección y otros creo que de principiante, que he encontrado en ella. La tensión narrativa decae en algunos momentos pero a partir de la segunda parte se vuelve frenética y consigue alcanzar el ritmo característico de los thrillers. La historia también me ha parecido muy interesante y bastante bien hilada y la resolución, aunque rápida para mi gusto, tampoco defrauda. En resumen, para ser la primera novela de la autora creo que está muy bien conseguida y recomiendo su lectura porque no defrauda.

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